Jaguares y Humanos

Jaguares y Humanos

Jaguares en la cultura humana

Ya que el jaguar es una especie nativa del continente americano, su inclusión en las culturas de los diversos grupos ha sido muy notoria, especialmente en las culturas precolombinas.

Destaca en el arte indígena de Mesoamérica, la región social y cultural ubicada en parte de México y Centroamérica. Ahí, así como en Sudamérica, la especie simbolizaba el poder y la fuerza, dado que en América no hay felino más grande ni depredador tan potente como el jaguar. Éste era para los mesoamericanos, pues, como el tigre para los chinos.

Los olmecas de los actuales Veracruz y Tabasco en México ciñeron al jaguar dentro de sus ceremonias religiosas y concibieron un sinfín de figuras para representarlo. En particular, estas personas realizaban figurillas de criaturas a medio camino entre el jaguar y el ser humano, es decir, jaguares antropomorfizados. Algunas de ellas muestran al ser posicionado con las manos en las rodillas, en una transformación de chamán a jaguar.

Según los olmecas, los jaguares eran protectores de los chamanes y podían ingresar tanto al mundo terrenal como al mundo espiritual debido a su capacidad para moverse entre los árboles, en el agua y en la tierra.

Los mayas tenían una rica cosmovisión, y de eso dan cuenta las esculturas, códices y pinturas que sobreviven. Tenían varios dioses y semidioses ideados bajo las características físicas y místicas de este animal, como el dios jaguar que con frecuencia aparece en los incensarios de Chiapas y Guatemala. En las tierras altas de este último país el jaguar estaba relacionado con la brujería. El dios L, vinculado con el comercio, fue representado con aspecto de anciano y con rasgos de jaguar y la diosa Ixchel, deidad de la medicina y la obstetricia, poseía orejas de jaguar.

Los aztecas también integraron este animal en su cultura. Ellos tenían un dios llamado Tezcatlipoca a menudo representado con la apariencia de un jaguar. La piel era utilizada para cubrir el asiento de los gobernantes. Una personificación más famosa es la de los guerreros-jaguar, miembros del ejército que portaban indumentaria confeccionada con partes de jaguares.

Impacto humano en la vida de los jaguares

Después de este recorrido por la cultura del hombre con respecto a Panthera onca, toca conocer el interés del hombre moderno por la especie.

Aunque es evidente que los americanos conocen al jaguar desde hace cientos de años, no parece haber evidencia de que los mantuvieran en cautiverio como los antiguos romanos hacían con los leones, los tigres y otros animales. Pero en las últimas décadas, las personas han ejercido un importante impacto en la vida del felino, y no ha sido precisamente bueno.

En gran parte de su rango de distribución mantiene un conflicto con el ser humano puesto que éste lo considera una amenaza para el ganado. Cuando un jaguar ataca o se alimenta de un animal doméstico, el dueño suele cazar al felino y en ocasiones darle muerte. Desafortunadamente los hábitats han sido invadidos por la población humana y muchas veces los jaguares no tienen más remedio que capturar al animal que está a su alcance.

Por otra parte, es muy poco probable que un jaguar ataque a un ser humano y mucho menos probable que se alimente de él. Las agresiones han sido en realidad extremadamente raras.

El lado bueno de la interacción humano-jaguar es que muchas personas conocen el importante papel que tienen los felinos en el planeta, y se preocupan por protegerlo de las crecientes amenazas. Desde hace unos años su figura en las culturas ancestrales ha sido revalorizada y se le ha considerado un animal importante en la conformación de América.

La palabra jaguar es usada para nombrar equipos deportivos, grupos musicales, obras de arte, mascotas de eventos internacionales, etcétera. Incluso Guyana, un país sudamericano, adoptó al jaguar como su animal nacional y lo incluyó en su escudo de armas.

El jaguar en América tiene un invaluable valor inmaterial, y es responsabilidad humana su bienestar. ¿Te unes a la causa?