Evolución y Variaciones del Jaguar

Evolución y Variaciones del Jaguar

Historia evolutiva del jaguar

El cambio paulatino de los felinos ha ocurrido a lo largo de millones de años, cada uno con modificaciones y adaptaciones particulares. El jaguar es uno de los felinos más grandes pero, a diferencia del león y del tigre, es nativo de América. Vamos a conocer un poco sobre su historia en el mundo y cómo ha ido evolucionando.

Panthera onca es el nombre científico del jaguar. La palabra Panthera indica que pertenece al género del mismo nombre; a su vez, es un miembro de la familia Pantherinae al igual que los tigres, los leones, los jaguares y las panteras nebulosas, entre otras especies. Todos los felinos del género Panthera son denominados “grandes felinos” o “grandes gatos” y se caracterizan por la capacidad de rugir, con excepción del leopardo de las nieves (Panthera uncia).

Aunque la evolución de los felinos es larga, no lo es tanto como la de los tiburones u otras especies acuáticas. Es aceptado que todos los felinos descienden de un ancestro en común y lo más probable es que se hayan originado en Asia y extendido desde ahí hacia las demás partes del mundo. Los antiguos felinos evolucionaron en 8 linajes que se separaron entre sí durante el transcurso de 10 migraciones. Los félidos modernos surgieron en Asia hace unos 10 millones de años y cerca del 60 por ciento de los felinos actuales se desarrollaron “apenas” en los últimos millones de años.

Hace 6-10 millones de años, divergieron las subfamilias Felinae y Pantherinae, es decir, se separaron. Un análisis científico publicado en la revista Molecular Philogenetics and Evolution (Filogenia molecular y evolución) indica que las subfamilias Pantherinae y Felinae efectivamente divergieron hace menos de 11 millones de años, siendo la pantera nebulosa (Neofelis nebulosa) la primera en separarse.

Antiguos fósiles del género Panthera están datados de hace 3-4 millones de años atrás y fueron encontrados en lo que hoy es Tanzania, África. El ancestro común del león, el leopardo y el jaguar se separó de otros felinos hace 4.3-3.8 millones de años. El estudio publicado en la revista revela que estas tres especies están más emparentadas entre sí que ellas mismas con otras especies de felinos. Hace unos 3.6-2.5 millones de años el jaguar se separó del antepasado de los leones y leopardos, mientras que éstos divergieron alrededor de 2 millones de años atrás.

¿Cómo llegó el jaguar a América? A principios del Pleistoceno, los ancestros del jaguar cruzaron el puente de Beringia, que unió Asia y América por tierra y a partir de entonces se extendieron hasta llegar a Sudamérica. Los jaguares americanos del Pleistoceno poseían patas más largas que las de los jaguares modernos; el ancestro más directo de Panthera onca es Panthera onca augusta, una subespecie extinta que vivió durante el Pleistoceno.

El linaje del jaguar moderno tiene 280,000-510,000 años.

Jaguares inusuales

De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) los análisis genéticos y morfológicos no han arrojado datos que avalen la existencia de subespecies bien diferenciadas. Estudios de la forma del cráneo de los jaguares dieron cuenta de 8 subespecies, pero esta clasificación es antigua y actualmente es mejor considerar que la especie es única.

Existen variaciones entre jaguares y pueden separarse en 4 grupos geográficamente aislados: los de México y Guatemala, los que se encuentran en el sur de Centroamérica, los que habitan el norte de Sudamérica y aquellos presentes al sur del río Amazonas.

Otras variaciones están relacionadas con su aspecto físico. Algunos jaguares exhiben un pelaje oscuro o negro que impide notar sus motas. Esto es porque padecen melanismo, una condición genética que ocasiona que se produzca más melanina (pigmento) y que es más común en ellos que en otras especies de felinos.

Las funciones de la pigmentación melánica son útiles y no corresponden a un simple capricho de la naturaleza. Entre otras cosas, ayuda a proteger la piel de la radiación solar, permite calentar mejor y más rápido el cuerpo y facilita el camuflaje para evitar a los depredadores.

Si conoces una “pantera negra”, lo más probable es que se trate de un jaguar o un leopardo.